La danza árabe es una danza milenaria que tiene su origen en Egipto. En ella se utilizan elementos de diferentes países de Medio Oriente y Norte de África. Incluye movimientos de cadera y vientre principalmente, como también de pecho y brazos.
Los beneficios de esta danza son tanto físicos como mentales. Físicamente, ayuda a mejorar la flexibilidad y la fuerza. Se trabaja la disociación, enseñando a mover diferentes músculos y partes del cuerpo de manera independiente. Para las mujeres embarazadas es un buen ejercicio ya que sus movimientos fortalecen la zona pélvica y abdominal.
Emocionalmente se trabaja sobre los centros de energía corporales, eliminando tensiones y armonizando la energía. Es apropiada para todas las edades ya que el nivel de exigencia física lo maneja el bailarín.